Estuve en Santa Fe hace tan solo unas semanas.. nunca la sentí tan distante de la Santa Fe en la que yo vivía.. La gente con miedo, los robos (a veces convertidos en homicidios) incrementando constantemente, la desconfianza, la desesperanza..
Cuando regresé a España, algunos me decían: "y sí.. cada vez menos ganas de volver, no?" pero mi respuesta fue siempre la misma.. "sabés que no?" Y no es que tenga ganas de volverme, la verdad.. pero ver la cosa como está, a mis amigos de brazos caídos, a mis viejas rutinas convertidas en odiseas por la inseguridad y el miedo.. me hicieron sentir que había tanto por hacer.. no quiero decir que me creyera capaz de generar algún cambio, para serles honesta.. pero sí que tenía mucho para decir..
Nunca sentí que huyera de Santa Fe.. yo simplemente quería conocer el mundo, otros lugares, otra gente, otras costumbres.. yo quería vivir viajando o al menos sin dejar de aprender del mundo que me rodea..
Sin embargo, esta vez, me sentí una exiliada.. tenía tantas ganas de sacudir a la gente y decirle que así no somos nosotros.. que esto no es lo que queremos hacer de nuestra ciudad, de nuestro país.. tenía tantas ganas de pedirles que empezaran a pensar que si hacemos algo por todos nuestros excluidos, estaremos haciendo algo por nosotros mismos..
Y me decía Maia que aunque una persona tuviera las mejores intenciones de ayudar en un incendio.. si no sabía ser un buen bombero.. sólo se ganaría las quemaduras más graves..
Siempre tiene esas frases que la pegan en el palo.. Era la sensación que tenía.. de querer hacer algo pero de no estar preparada o no saber por dónde empezar..
Marisa en cambio, se preocupó por lo que le decía.. yo no era una exiliada y se ponía de ejemplo.. ella la seguía peleando... no porque creyera que podía generar un cambio radical.. sino porque sabía que había mucha gente más, como ella.. Yo sabía que tenía razón.. yo también conocía esa gente.. también tenía fe y también los quería ayudar a remontarla...
Dejé de sentirme una exiliada y comencé a sentirme en la necesidad de hacer algo.. de aportar aunque sea a la distancia, mi granito de arena.. con la gente que también desde aquí se preocupa por nuestro allá.. porque irse no significa abandonar.. ni negar.. ni olvidar..
Irse, para mi, significa salir a buscarse.. para siempre poder volver y en todas partes saber quienes somos..
