viernes, 14 de agosto de 2009

Lluvia de estrellas


Santiago, médico, se reprochaba no haber ahorrado más guita este año. Lorena, profesora de tango y licenciada en administración, se reprochaba no haber estudiado algo que le permitiese ganar más dinero. Nelson, el brasileño que trabajó siempre lavando platos en el boliche, abría su propio local y funcionaba pipa. Yo seguía soñando el mismo sueño...
Mientras tanto había lluvia de estrellas pero la contaminación lumínica y las nubes no nos permitían ver nada del espectáculo. Sin embargo, todos sabíamos que detrás de las luces y las nubes estaba lloviendo estrellas y que alguna de ellas, seguramente, caería en Barcelona.

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