
Voy para atrás con las críticas de cine y totalmente fuera de tiempo, pero me dio ganas de hablar de esta película que, al menos yo, he visto recién ayer.
Ciertamente, no me gustó el film.
Si el intento es hacer una crítica a la naturaleza humana, conozco formas más sutiles que tienen similar efecto.
En concreto, dice que todos llevamos dentro y más o menos reprimidos el gen de la crueldad y el despotismo. Listo para emerger en la primera oportunidad.
Creo que el mensaje sería mucho más efectivo si no se lo hubiera simplificado tanto. Sin más, Dogville, nos sitúa en un pueblo minúsculo, cuyos pobladores viven vidas estereotipadas y reprimidas en el seno de una sociedad sectaria y tradicionalista. Hasta que una joven foránea llega a trastocar las rutinas y necesidades del pueblo a tal punto, que absolutamente todos los inocentes y pobres aldeanos, se transforman en miserables tiranos.
Casi como una historia de cenicienta sin príncipe azul, sino fuera por el (casi predecible final) en el cual la justicia cobra una extraña y muy americana venganza.
Entonces, se plantea la teoría de que perdonar a otras personas actitudes que uno no se perdonaría a si mismo, es una forma de arrogancia y condescendencia con el otro.
Desde el punto de vista de la estética y la luz, me pareció muy interesante y a pesar de la escenografía minimalista, el film acaba por enganchar y casi hacer olvidar a la audiencia el hecho de que básicamente, no hay tal escenografía.
No lo sé, he leído algunas críticas donde defienden el hecho de que el director trata de demostrar que la sociedad manipula y oprime al individuo cuando tiene oportunidad de ello. Sin embargo, yo veo acciones individuales, enmarcadas en una sociedad, pero primeramente individuales y me parecen las más despóticas. No creo que haya una crítica al ente abstracto de la sociedad o a los individuos que somos en ella, sino directamente a lo que el ser humano es, pues muchas de las actitudes, se desarrollan fuera de “la mirada del otro”.
Bien por el ánimo de provocación, pero creo que el debate sobre la bondad y la maldad del género humano es demasiado rico para simplificarlo de esta manera.